Es bastante habitual que cuando existe un problema de obesidad, en el mismo núcleo familiar o en el círculo de amigos más íntimos exista otra persona con problemas de sobrepeso. Este hecho no es casual. En una familia los hábitos alimenticios suelen compartirse y consecuentemente si estos hábitos son en parte los culpables de un problema de obesidad no es de extrañar que en un misma familia haya más de un caso de obesidad.
Algo parecido sucede con las amistades. No puede decirse que la obesidad es contagiosa pero en cierta medida sí que lo es. Según diferentes estudios* la obesidad es contagiosa, pero se trata de un «contagio social». Tener cerca personas con exceso de kilos eleva el riesgo de padecer sobrepeso hasta un 50%.
La buena noticia es que el hecho de que dos familiares o dos amigos decidan trabajar juntos por acabar con la obesidad favorece unos mejores resultados de pérdida de peso.
Cuando la obesidad es tratada con técnicas de cirugía de la obesidad como el bypass gástrico, la banda gástrica o el tubo gástrico, los resultados de pérdida de exceso de peso promedio oscilan entre un 50 y 80% sin embargo si el proceso se hace en compañía de un amigo o familiar los resultados pero también la experiencia del paciente suelen ser mucho mejores.
Compartir un reto siempre es mucho más motivador que hacerlo en solitario. Además uno de los múltiples factores que pueden influir en una mejor experiencia y resultados del paciente es el contar con el apoyo de familiares y amigos.
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