Nadie duda que la práctica deportiva está estrechamente relacionada con nuestra salud física. Aún y así según la última encuesta europea el 60 % de la población española no hace ejercicio.
Según una investigación (1) llevada a cabo sobre la práctica del tenis a largo plazo y los resultados para la salud, el tenis es sin duda una de las mejores opciones que tenemos para cuidar de nuestra salud. La investigación, que evaluó los impactos potenciales en la salud de la participación en el tenis entre adultos de 21 a 72 años, concluye que:
. Un deporte para toda la vida: La práctica del tenis promueve la competencia y la participación general a lo largo de todas las edades y etapas de la vida. Se puede iniciar desde los 4 ó 5 años hasta bien superados los 60.
. Aporta numerosos beneficios para la salud en general
- mejora la capacidad aeróbica
- favorece la movilidad y la flexibilidad
- fortalece la musculatura y los huesos
- favorece el bienestar mental
. Salud cardiovascular: Es altamente beneficioso para la salud cardiovascular
Y es en este último punto en el que desde Obesan la consulta del Dr. Antonio Barranco – especialista en el tratamiento quirúrgico de la obesidad- queremos hacer especial hincapié.
Para el Dr. Antonio Barranco “además de los muchos beneficios que supone la práctica del tenis para la salud, se trata de un deporte muy social. A nivel social, es una actividad que se realiza con otras personas, lo que mejora la relación con ellas. Las costumbres que rodean el deporte del tenis pueden fomentar el aumento de los nieveles de actividad física y la atenuación de diferentes enfermedades (diabetes, hipertension, hipercolesterolemia, riesgo de infarto agudo de miocardio…), asociadas al sedentarismo, unos hábitos alimenticios poco saludables y el sobrepeso”
Además, la práctica de tenis tiene una menor deserción en comparación con otros deportes lo que supone un argumento más para apostar por esta práctica deportiva si queremos mantener un estilo de vida activo.
(1): Según datos del estudio Long-term Tennis Participation and Health Outcomes: An Investigation of “Lifetime” Activities
