Son muchos los estudios que avalan los beneficios de la practica de ejercicio físico tras una intervención de cirugía de la obesidad. Lo cierto es que, no es que sea beneficioso, sino que es absolutamente necesario.
Para aquellos que les cuesta la práctica de actividad física, el saber que deben hacerlo tras la intervención no debe ser una barrera. Es decir, no deben preocuparse y pensar en que esa “parte” del post operatorio no la cumplirán. Nuestra experiencia nos dice que no es así.
Muchos pacientes experimentan unos cambios tan importantes a nivel de bienestar físico y emocional que simplemente esa mejora les impulsa a hacer cosas que jamás antes se habían planteado como por ejemplo la práctica de ejercicio físico.
Por otro lado, cabe destacar, que no se trata de convertirse en un deportista profesional de la noche a la mañana. Tampoco se trata de pasar largas horas en un gimnasio. La práctica de ejercicio físico se refiere a mantenerse activo: caminar, bailar, subir escaleras en lugar de coger el ascensor, ir en bicicleta, nadar…… se trata de hacer aquello que más nos guste y que nos obligue a movernos aunque solo sea 30 minutos al día.
Otros estudios hablan de las ventajas que supone la práctica de ejercicio físico antes de la intervención. Un plan de ejercicio preoperatorio puede ser por tanto positivo ya que se relaciona con una mejora en la salud cardiovascular lo que tiene un impacto positivo tanto en la intervención como en el postoperatorio. Por ello, es recomendable que en las semanas previas a la cirugía, comience a desarrollar una rutina de ejercicio regular.
Recientemente se ha puesto en marcha un nuevo estudio que tiene como objetivo principal el investigar si una intervención que incluye entrenamiento individual para mejorar el nivel de actividad física antes y después de la cirugía de bypass gástrico conduce a un cambio en el nivel de actividad física posoperatoria.
Los objetivos secundarios del estudio son investigar si el aumento de la actividad física tiene efectos sobre las tasas de complicaciones, reingresos y reoperaciones, pérdida de peso posoperatoria, dolor gastrointestinal, recuperación medida como estancia hospitalaria, baja por enfermedad y calidad de vida, reanudación de actividad física normal.
En cualquier caso lo que es evidente es que la práctica de ejercicio físico (ya sea antes o después) tiene un impacto positivo en la salud de cualquier persona. En el caso de personas con obesidad el impacto positivo se relaciona especialmente con
Reforzar musculatura y sistema óseo
Mejorar capacidad pulmonar
Menor riesgo de enfermedad y cáncer
Mejorar niveles de colesterol bueno
Reducir niveles de colesterol malo y triglicéridos
Presión sanguínea baja
Mejor control del azúcar en sangre y de la insulina
Equilibrio y movilidad mejorados
Menores nivels de estrés
Mayor motivación, energía y agudeza mental