Diferentes estudios han identificado que una dieta deficiente, la obesidad y la diabetes tipo 2 son factores de riesgo elevados para una variedad de afecciones que incluyen glaucoma, cataratas, degeneración macular relacionada con la edad y retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera en la población activa.
Se necesita más investigación para establecer vínculos directos, pero los ojos se someten a una mayor tensión debido a la presión arterial alta, el estrés oxidativo y el metabolismo de lípidos desordenado, que están todos asociados con niveles de peso por encima de lo saludable.
Las personas deben recordar que lo que es bueno para su cuerpo es bueno para sus ojos y no pensar en los ojos de forma aislada.
Cada vez existe un mayor conocimiento y concienciación sobre los efectos secundarios de la obesidad. Pero es necesario concienciar también sobre los riesgos para la salud ocular, especialmente porque la visión es un sentido muy necesario. Existe un vínculo muy conocido entre la obesidad y la diabetes tipo 2, una afección que causa importantes problemas oculares.
La obesidad puede causar cataratas corticales, una condición en la que la luz es dispersada por un cristalino defectuoso, y el tejido adiposo presente en el exceso de peso libera una sustancia química llamada leptina, que es una fuente de estrés oxidativo que puede dañar el ojo.
La presión arterial elevada asociada con la obesidad y la diabetes tipo 2 también puede provocar una presión intraocular más alta en el nervio en la parte posterior del ojo, lo que lo hace más susceptible al glaucoma.
Como vemos la lista de enfermedades asociadas a la obesidad es extensa. Incluye hasta 13 diferentes tipos de cáncer cuya predisposición aumenta con el exceso de peso, enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios, problemas en las articulaciones, fertilidad, etc… y también salud ocular.