La adicción por el comer y por comer determinados tipos de alimentos

tratamiento y cirugía de la obesidad en sevilla Cada vez son más las investigaciones científicas que demuestran por qué determinadas personas tienen una mayor tendencia a satisfacer sus necesidades alimenticias con alimentos ricos en grasas o azúcares.

La obesidad y el por qué de ella es un tema complejo porque intervienen diferentes factores y prácticamente siempre el desarrollo de la enfermedad se debe a la suma de diferentes factores y pocas veces a uno en exclusiva.

Uno de estos factores es la adicción a la comida favorecida por determinadas hormonas que controlan el apetito y que afectan a los «circuitos de alimentación» en el cerebro.

Estas mismas hormonas también son las culpables de actuar en los sistemas cerebrales responsables de las sensaciones de recompensa (comer como recompensa a algo) así como de una mayor predisposición a comer determinados tipos de alimentos.

De este modo, estudios recientes están demostrando que el comer en exceso no es un trastorno asociado a una falta de autocontrol ni tampoco se debe en exclusiva a un desequilibrio hormonal debido a un defecto genético (segregación de una hormona llamada leptina). Más bien el esquema sería el siguiente:

Una predisposición a ingerir alimentos ricos en grasas y azúcares y por lo tanto el comer alimentos de este tipo hace que el sistema de recompensa del cerebro (el que informa al individuo de que deje de comer) se sobrecargue y se produzca el efecto contrario: cuanto más se come más necesidad de seguir haciéndolo. De este modo se produce una especie de «adicción» por la comida similar a la que se produce en otro tipo de adicciones (drogadicción).

Nuevas investigaciones sugieren que algunos alimentos especialmente apetecibles, ricos en grasas y en azúcares, afectan de forma tan fuerte a los circuitos de alimentación en nuestro cerebro que nos indican que debemos dejar de comer, que llegan a neutralizar las hormonas inhibidoras del apetito y la capacidad de la leptina (hormona que regula el balance energético) para actuar.

Para entenderlo de forma simple un ejemplo claro sería el siguiente: Hemos comido bien, un primer plato, segundo, postre… y nos sentimos algo llenos «he comido demasiado, no voy a poder moverme después», pero cuando aparece un pastel, dulce, la caja de bombones o galletas para hacer el café, etc.. milagrosamente encontramos un «hueco» para no decir «no» a ese alimento que a priori parecía que no nos cabía…. esta situación llevada de forma más o menos rutinaria sería lo que defienden este tipo de investigaciones que sugieren que  determinados alimentos «toman el control del cerebro» provocando una sobrealimentación que lleva a la obesidad.