Según una investigación de la Clínica Mayo en EEUU, los pacientes con obesidad que se sometieron a un trasplante de hígado y cirugía bariátrica al mismo tiempo perdieron peso y mantuvieron la pérdida de peso a largo plazo y además tuvieron menores complicaciones metabólicas que aquellos que intentaron perder peso por sí mismos antes de la operación de trasplante.
Según los investigadores «Este estudio muestra que el enfoque combinado del trasplante de hígado y la cirugía para perder peso es seguro y efectivo a largo plazo», dijo la autora principal, la Dra. Julie K Heimbach, cirujana de trasplantes y presidenta de la División de Cirugía de Trasplantes de la Clínica Mayo.
Y es que la enfermedad de hígado graso ha experimentado un notable aumento al mismo tiempo que el aumento de la obesidad, dado que el sobrepeso se relaciona con una larga lista de enfermedades entre las que se incluyen enfermedades hepáticas.
Históricamente, a los pacientes gravemente obesos que no pueden perder peso se les ha negado el acceso a un trasplante de hígado debido a la obesidad y al aumento del riesgo de la intervención. En otros casos, los trasplantes se realizan sin abordar el problema de peso del paciente.
El estudio, se llevó a cabo con un total de 49 adultos con un IMC> 35 que fueron remitidos a la Clínica Mayo para un trasplante de hígado desde 2006. De esos pacientes, 36 pudieron perder peso para alcanzar un IMC <35 y se sometieron a un trasplante de hígado. Otros 29 pacientes no pudieron perder peso antes del trasplante así que se sometieron conjutamente al : trasplante y a una intervención de cirugía de la obesidad concretamente gastrectomía en manga (tubo gástrico o también conocido como manga gástrica).
Los investigadores descubrieron que, aquellos pacientes habían experimentado una pérdida de peso significativa antes del trasplante aumentaron de peso constantemente después.
Sin embargo, aquellos pacientes que no habían sido intervenidos de cirugía de la obesidad habían perdido un 3.9 por ciento de su peso corporal total en comparación con el 34.8 por ciento de los pacientes que recibieron el trasplante y la cirugía para bajar de peso (tubo gástrico). Además, aquellos pacientes que tenían presión arterial alta, resistencia a la insulina e hígado graso necesitaban menos medicamentos para bajar la presión arterial y el colesterol. (los intervenidos con manga gástrica en comparación con los del otro grupo de estudio).
Una vez más, este estudio demuestra los muchos beneficios colaterales que tienen las intervenciones de cirugía de la obesidad.