Comer en familia y sin distracciones: Una barrera más a la obesidad

Hay muchas «pequeñas grandes cosas» que todos podemos hacer para frenar la obesidad.

Quizás no nos hagan adelgazar de un día para otro pero si contribuyen a mejorar nuestros hábitos alimenticios y consecuentemente a frenar la obesidad.

Con independencia de que se haya tratado o no de perder peso, la familia o amigos, es decir nuestro círculo de personas más cercano cobra un papel muy importante en el tratamiento de la obesidad. Por ejemplo, en el caso de pacientes intervenidos de cirugía de la obesidad siempre insistimos en que es importante que en la medida de lo posible cuenten con el apoyo de sus seres más queridos porque sin duda tendrá un impacto positivo en todo el tratamiento.

De la misma manera ocurre con la prevención o con el poner las «máximas barreras posibles» para evitar que los kilos de más se vayan acumulando. Un aspecto que se ha demostrado que influye y mucho en el sobrepeso entre los miembros de una familia son la forma en que comemos. Cuando comemos en familia y sin distracciones (sin tv, sin móviles, etc..) tendemos a comer mejor, entendiendo por comer mejor el masticar bien, saboreando mejor los alimentos, menores cantidades porque al hacerlo así el nivel de saciedad se consigue antes e incluso cocinando y preparando los alimentos con mayor cuidado que si lo hacemos solo para uno mismo.

 

Un reciente estudio ha demostrado que una mejor comunicación familiar se asocia con una mayor probabilidad de que los desayunos, comidas y cenas se celebren en familia y no frente a un televisor, según el documento, ‘Family Meal Practices and Weight Talk Between Adult Weight Management and Weight Loss Surgery Patients and Their Children’, publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior.

Los investigadores estudiaron a 259 padres que también eran pacientes en diferentes programas de control de peso y cirugía de la obesidad y a sus hijos (de 2 a 18 años) e identifican predictores asociados con prácticas específicas de comidas familiares y conversaciones sobre el sobrepeso. Este es el primer estudio que analiza específicamente las prácticas de comidas familiares entre pacientes adultos inscritos en programas de cirugía de pérdida de peso o de control de peso.

Según los investigadores de dicho estudio «Es importante tener en cuenta que todos los miembros de la familia en el hogar tienen influencia. Incluso si alguien no tiene el mayor poder para influir en la familia (como los niños pequeños), todos se influyen mutuamente».

Investigaciones anteriores han demostrado que la obesidad de los padres suele ser el factor de riesgo más fuerte para que los niños tengan sobrepeso con el tiempo. Los autores del estudio también encontraron que los padres que percibían que su hijo tenía sobrepeso u obesidad tenían más de cuatro veces más probabilidades de hablar con ellos sobre el peso del niño. Si bien la comunicación abierta con los niños sobre la salud es beneficiosa, «es importante garantizar que la comunicación directa sobre el peso de los niños no sea dañina en el desarrollo de una imagen corporal y comportamientos saludables. Eso incluye a los niños mayores y adolescentes que corren un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios y conductas alimentarias desordenadas.

No hubo diferencias significativas entre los niños y las niñas en este estudio, aparte de que las familias con niñas eran más propensas a cenar juntas sin televisión de cinco a siete veces por semana. Las familias con niños más pequeños, independientemente del género, tenían más probabilidades de cenar y desayunar juntos, y los padres de niños mayores tenían más probabilidades de hablar sobre sus problemas de peso con sus hijos.

El documento concluyó que «una investigación adicional que evalúe las prácticas de comidas familiares y la conversación sobre el peso en las familias de adultos que buscan perder peso podría proporcionar evidencia importante que podría conducir a mejores resultados para los pacientes y promover de manera segura comportamientos saludables y la prevención de la obesidad en los niños».

«Comprender estas asociaciones proporcionará evidencia esencial necesaria para diseñar futuras intervenciones basadas en la familia para que estos pacientes ayuden en su cambio de comportamiento y pérdida de peso, prevengan la aparición de obesidad en los niños y mejoren las prácticas positivas de comidas familiares y una comunicación saludable sobre el peso» dijo el profesor Pratt, investigador principal del estudio.

Si en nuestro hogar nos esforzamos por instaurar unos patrones alimenticios que pongan barreras al sobrepeso, ya habremos dado un paso más que importante para prevenir la obesidad.