Algunas personas sienten una necesidad prácticamente adictiva de comer algo dulce.
Si esta necesidad se controla y no se convierte en adicción no pasa nada, sin embargo en la mayoría de los casos lleva a un círculo vicioso que termina haciendo que la persona coja unos kilos y en muchos casos acabe en sobrepeso.
Por eso debes estar atento a las principales señales de alerta que nos indican que padecemos esa adicción al dulce.
La principal señal de alarma se da cuando la persona siente ansiedad o angustia antes de comer el dulce y se siente reconfortada una vez ha comido el dulce. Otra señal es cuando a pesar de no sentir esa “angustia” la persona no puede dejar de pensar en esa tableta de chocolate o esos bollos que hay en el armario. Ambas señales pueden ser desencadenantes de una “adicción” , que como tal, necesita ser tratada.
Para ello, hay algunos trucos que pueden ayudarte:
a).- Intenta comer alimentos con fibra que sean saciantes ( cereales) y que por lo tanto disminuyan tu apetito.
b).- Intenta hacer ejercicio antes de comer o de cenar o del momento en que sientas esa ansiedad. Cuando uno está cansado y ha hecho una actividad física más o menos intensa, disminuye la sensación de tener un apetito “descontrolado”.
c).- Sustituye los alimentos dulces con muchas calorías por otros que son dulces igual pero mucho más saludables y con menos calorías como por ejemplo barritas de cereales integrales que lleven algo de chocolate.
Si aún y así sigues sin poder controlar el apetito por lo dulce y sigues acumulando peso, consulta a un profesional médico especializado en el tratamiento de la obesidad. Dependiendo del historial y del grado de obesidad, las técnicas de cirugía de la obesidad son una excelente opción para combatir el exceso de peso. Estas técnicas – bypass gástrico, tubo gástrico, etc.. se basan en la reducción de la capacidad del estómago y en facilitar sensación de saciedad lo que hace que al paciente no le apetezca comer más allá de lo estrictamente necesario por lo que el cambio de hábitos alimenticios, y consecuentemente el cambio de “chip” con respecto a comer dulces para frenar la ansiedad, se vuelven mucho más sencillo.