El superávit de lípidos ( grasas) nos vuelve mucho más vulnerables a padecer enfermedades. De este modo, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Gotemburgo refuerza esta teoría ya que comprobaron cómo el consumo de alimentos grasientos ejerce un efecto debilitante sobre el sistema imnune reduciendo la capacidad que los glóbulos blancos tienen para poder combatir virus y bacterias.
Por otro diferentes estudios relacionan obesidad con un incremento de la aparición de enfermedades dermatológicas y/o infecciones causadas por hongos.