Muchas personas con problemas de sobrepeso no ven la magnitud del exceso de peso del modo que realmente es. Es decir, piensan que «sólo estoy me sobran unos kilos», «soy de constitución fuerte», «me sobran algunos kilos pero nada importante», etc…
Por contra hay quienes saben y reconocen perfectamente que tienen un problema de sobrepeso u obesidad y son conscientes del grado y gravedad de su problema de exceso de peso (sobrepeso-obesidad leve- obesidad- obesidad grave…).
A primera vista parece que aquellos que reconocen que tienen un problema de obesidad y por lo tanto ven y admiten su exceso de peso, tienen mayores posibilidades de perder peso que aquellos que no se ven «tan gordos»,»con sobrepeso» o «con obesidad».
Una reciente investigación desmiente este teoría y apunta a que al contrario de lo que pensamos, quienes admiten y reconocen su sobrepeso se enfrentan a una mayor «presión» de la sociedad en general y de ellos mismo por adelgazar que les lleva a tener más ansiedad, a comer más o a gestionar de peor forma su relación con la comida sintiéndose culpables cuando comen lo que no deben, recurriendo a dietas de forma intermitente, etc….
Según los investigadores de dicho estudio «aquellas medidas destinadas a concienciar sobre la obesidad que se basen en comunicar cuándo existe un problema de obesidad con la esperanza de que se reconozca como tal y se pueda frenar, no van a resultar efectivas».
El estudio, publicado en el International Journal of Obesity siguió la evolución desde niños de 14.000 adultos en EEUU y UK con independencia de que en su momento reconociesen o no su problema de sobre obesidad. El estudio llevado a cabo en UK siguió la evolución de los participantes desde los 23 hasta los 45 años. La investigación realizada en EUU siguió a los participantes en periodos más cortos de tiempo de 7-9 y 10 años.
Los tres estudios arrojaron la misma conclusión: Existe una evidencia sobre el hecho de que aquellos que reconocían su obesidad (se entiende que la reconocieron pero no la trataron de forma médica) ganaron más peso con el paso del tiempo que quienes se mostraron más despreocupados con su problema de sobrepeso o simplemente no eran tan conscientes del exceso de peso.
¿Significa eso que el informar sobre el problema de la obesidad no sirve para nada?
No exactamente.
El primer paso para tratar cualquier enfermedad es reconocerla. Sin embargo en el caso de la obesidad que es una enfermedad crónica compleja en la que intervienen muchos factores, no basta con «reconocer el problema», es más si nos obsesionamos y entramos en una espiral de desmotivación, dietas fracasadas, ansiedad, etc… por mucho que lo reconozcamos como un problema seguramente lo empeoraremos buscando refugio en la comida.
Por ello lo importante es reconocerlo pero ponernos en manos de profesionales que entre otras cosas nos ayuden a enfocar el tratamiento de forma positiva, sin sentimientos de culpabilidad, sin metas imposibles sino objetivos reales que permitan adaptar el tratamiento al ritmo y necesidades de cada uno.